Agentes del Dicrim y el Dican, Unidad Topo de la Policía y el equipo SWAT realizaron varios operativos en Capotillo incautando armas, droga y dinero
SANTO DOMINGO, R.D. Demasiado tiempo sin demostrar en su barrio que tienen fuerza para atemorizar a los demás, que pueden hacer lo que quieran, burlar a las autoridades y salirse con las suyas…
La adrenalina que les produce ser los protagonistas del escenario, aún sea en la película mental de «los villanos», ya no se podría atrapar más ante el temor de resultar contagiados con el Covid-19.
Pues para los pandilleros del barrio Capotillo, en la zona Norte de la Capital, ya era tiempo de salir a la calle y demostrar con sus armas, disparando al aire, que están vivos todavía.
Demostrar que el coronavirus no se los llevó en esta «vuelta». Palabra muy usada para definir la fechoría número 1, 2 ó 3, parecía ser esencial para ellos.
Y como había de esperarse, como la Ley de Gravedad que establece que «Todo lo que sube tiene que bajar». La Policía Nacional actuó de inmediato calmando los bríos de los pistoleros de Capotillo, «tirándose» de inmediato allá.
Palabras de República Dominicana en Capotillo
«Tirarse», en buen dominicano, significa llegar de sorpresa a un sitio y, en caso de controles de la delincuencia o con fines de mantener el orden público, representa amedrentar a los infractores y retadores de las autoridades.
Esto se hace con la presencia masiva de policías armados transitando por los mismos lugares por donde pasaron los pandilleros infundando temor en la población.
Pero con armas largas los agentes y con el gatillo semi puesto, listo para ser activado si fuesen sorprendidos con ataques callejeros.
Este escenario es el de nunca acabar en los barrios marginados de la capital y de las principales ciudades del país. Donde la juventud rebelde decide hacerle frente a la pobreza atracando, entrando a casas ajenas a robar, matando por encargo, o participando en operaciones del narcotráfico.
Y este es el problema eterno de las autoridades que no saben cómo enfrentar a esta población desalentada que no confía en ninguno de los sistemas nacionales para salir hacia adelante.
Es el dolor de cabeza de la población que teme ser la próxima víctima de esa gente que no cree en un buen futuro yendo a las escuelas y universidades, y ni siquiera tienen fe en que podrá salir a camino con el trabajo digno.
Actos de irrespeto
El pasado jueves 21, los muchachos traviesos se pasearon por las calles durante el día disparando al aire y emitiendo palabra obscenas.
Pero la Policía actuó de inmediato y en los operativos de control y seguridad apresó a 21 sospechosos de coordinar o participar en acciones que atemorizar a la población y desafían a las autoridades.
Así terminó «El Grito de Capotillo» de este jueves 21 de mayo, callando la voz que anunciaba el inicio de una oleada delictiva y narcótica segura, bajo el alegato de no haber sido beneficiados con las ayudas solidarias del Gobierno.
O por no ser mucho dinero el que les proporcionaban a sus mujeres o madres desposeídas en los planes de subvenciones por el estado de emergencia en el tiempo de coronavirus.
O a ellos mismos, muchos de los cuales no pudieron inscribirse en ningún registro oficial para ser beneficiados económicamente, ya que sobre muchos pesan acusaciones delictivas, salieron muy recientes de las cárceles o son prófugos de la justicia.
Pero lo peor…. simplemente porque no creen en los gobiernos. La única forma que entienden que tienen de conseguir dinero es siendo «de los malos».
El Grito de Capotillo
Y pensar que el «Grito de Capotillo», esa frase como tal, tiene una historia noble en la República Dominicana.
Fue el momento del detonante de la Guerra de la Restauración de la República Dominicana, el 16 de agosto de 1863. Para que se restablezca el estado de independencia, se había logrado el país en 1844 y producto de la anexión a España se había echado todo por la borda.
El grupo de patriotas liderados por Santiago Rodríguez que asaltaron la ciudad fronteriza de Dajabón para alzar la Bandera Dominicana anunciando la entrada en combate, a fuego abierto, con los españoles para sacarlos definitivamente de la isla y dar término a la anexión, sólo se parecía en un aspecto al de ahora.
En la violencia
El uso de las armas, el terror y el atemorizar al contrario, al enemigo para hacer que se rinda. Que atienda sus reclamos por las malas, ya que por las buenas fue imposible lograr un acuerdo.
Habría que estudiar el fenómeno para ver si dándoles lo que quieren se calman sus ansias de llevarse el mundo por delante. Arrastrando todo el que se cruce a su paso impidiéndole obtener dinero fácil y rápido, cueste lo que cueste, aún con su propia vida si fuese necesario.
Los detenidos esta vez por la Policía fueron:
Eduardo Fernando Cabrera, Jean Carlos Peralta, Marcos José Germosén, Gilberto Galván de la Cruz, Carlos Domingo Matos, Carlos Rafael Agramonte “Ponchera”. También Rudy Fajardo García “Pirin”, Daniel Cuello Monegro “Danielito”, Ramón Antonio Durán y Pedro González Cruz.
También, Eury Samuel Moreta Pichardo, Ramón Emilio Acevedo, Luis Daniel González Alcántara, José Luis Valerio Figueroa, Oliver Collado Bautista “Chiquito”. De igual forma Claudio Quevedo Luciano, Carlos Richier Chery, José Ramón Rosa, Willy Gaster y Yorky Junce.
Las incautaciones de DICRIM y DICAN
La Policía Nacional informó que estos operativos en el tormentoso barrio Capotillo. Ahí fueron ocupadas 62 porciones de marihuana, 97 pastillas de éxtasis, 11 porciones de cocaína.
También tres pesos digitales y ocho balanzas para pesar drogas, 98 cajetillas de cigarrillos, 40 funditas con 500 pesos en monedas de cinco cada una. Equivalente a RD$20,000.00, tres máquinas tragamonedas y una computadora laptop.
Asimismo, fueron confiscadas cuatro pistolas, entre ellas una que había sido sustraída a un sargento mayor de esa institución en febrero del 2015.
Sobre las armas comunicó que fueron remitidas a la Policía Científica para ser inspeccionadas. Mientras que el dinero y la computadora fueron puestos en control del Ministerio Público.
La tranquilidad volvió a los moradores de la calle 42 del sector de Capotillo luego de efectuados los operativos, pero quedó la incertidumbre de que muy pronto volverá a ocurrir lo mismo.
El personal policial que participó en lasintervenciones salió en camiones con los detenidos y los objetos ocupados hacia el destacamento C2 de la Policía en el María Auxiliadora. Que funciona como base de operación de 18 sectores de la parte alta de la capital.
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